jueves, 4 de febrero de 2010

ME LLAMO WINSTON Y MI DESTINO ESTÁ A PUNTO DE CUMPLIRSE

Mi nombre es Winston, y aunque pueda pensarse que es un típico nombre de alguien de color, no es mi caso, pues yo soy muy rubio. Viajo en unión de otros compañeros, que al igual que yo, tenemos una misión encomendada. Deseo con ansia y miedo que llegue ese momento y espero poder cumplir con honor hasta el final.
La cápsula es pequeña y nos encontramos muy apretados aquí dentro. Seguiremos viajando de este modo hasta que lleguemos al final de nuestro viaje. Me gustaría ser el primero en salir pero tampoco me importa demasiado, puesto que si eso no ocurre, los que quedemos tendremos más lugar para estar cómodos.
Parece que se inicia la misión porque alguien, desde fuera, acaba de abrir la escotilla. ¡He sido escogido para salir el primero! El trato que me proporcionan es exquisito, cuidadoso diría yo, y me alegro, es lo menos que pueden hacer.
La emoción me embarga totalmente. Mi cuerpo, en un viaje indescriptible, describe una parábola por los aires hasta que por fin mi cabeza queda suavemente sujeta en un punto fijo. Advierto que este lugar en el que me han situado está ligeramente húmedo, pero noto que también es suave y muy agradable. Mi posición es ahora prácticamente horizontal y mi anclaje firme. Me siento cómodo y relajado, y a pesar de que en mi cabeza siento algo de frío por la humedad, al instante noto cómo se inflama y arde mi interior. Por fin sé qué se siente en estos instantes supremos. Percibo una sensación extraña al tener la certeza de que se está cumpliendo mi destino, y que al fin puedo contemplar, firme y feliz, mi ansiada transformación.
Mientras en esta maravillosa metamorfosis me veo a mi mismo brillando, también puedo ver que una parte de mi cuerpo, cada vez mayor, desaparece, ascendiendo lenta y majestuosamente en unas maravillosas, sorprendentes y bellas volutas, formando en décimas de segundo innumerables y distintas figuras que no puedo dejar de admirar.
Asciendo más y más. Una invisible y fugaz brisa lleva mis flotantes partículas de un lugar a otro, esparciéndolas y consiguiendo que se expanda mi ser infinitamente. Miro por última vez lo que queda de mi cuerpo, lentamente disuelto, pero acabo olvidándolo y me deleito con lo que me rodea. ¡Estoy uniéndome al mundo en espíritu ! ¡Ya soy uno con el mundo! ¡Es una maravilla! ¡Por fin formo parte de la inmensidad!.
Para que el mundo entero pueda saber cual era mi misión, gritaré que... ¡xhrtogm...! ¡y que ahora, mi nombre completo es: Winston FXqttWdo......!

Esto es una anotación técnica de la “Jefatura de Rescate Exterior De Pensamientos”. Es el informe sobre el pensamiento encontrado hoy, 2 de Mayo del 3080, en el espacio exterior.

El escrito que aquí se ha podido leer es una trascripción que se ha rescatado tras mucho esfuerzo y trabajo en el espacio exterior. Como sabrán, un equipo especialmente entrenado, y con instrumentos altamente sensibles, recopila desde hace años todo lo que en nuestro Planeta se llega a pensar y también lo que se dice con palabras, porque, como vulgarmente se suele decir, si a éstas se las lleva el viento, qué no ocurrirá, entonces, con los pensamientos. El objetivo del equipo es conseguir que ninguna frase o palabra llegue a poder perderse, pero especialmente, ningún pensamiento. Todo puede ser aprovechable y todo en aras de nuestra humanidad. Es importante, no solamente lo que se escribe, sino con mayor razón los pensamientos, que por sí mismos y en cuanto a sonoridad poco alcance tienen, sobre todo si nadie se hace eco de ellos. Nuestro lema es que ningún pensamiento debe perderse jamás. Si resulta después interesante o no el guardarlos, ya lo decidirán los expertos.
Soy el jefe de este equipo de rescate y me he ocupado personalmente de este pensamiento, ya que me pareció raro que pudiese escaparse tan fácilmente a nuestro control. Cuando mi primer capataz lo encontró rodando y sin rumbo, al no poderse hacer con él solicitó mi ayuda y yo se la di con mucho gusto. Una vez hube capturado y desencriptado el pensamiento completo, tuve dudas acerca de si la humanidad debía o no conocerlo, pero lo cierto es que no me siento capaz de juzgarlo, además de haberme sorprendido al saber quién había sido el autor del pensamiento, motivo por el cual lo envío a ustedes en este mensaje, debiendo decidir en ese Consejo si este pensamiento nos puede servir, ahora o en un futuro, y si conviene archivarlo debidamente. La firma del pensamiento no lograba descifrarse aunque es realmente reveladora, y cuando se consiguió descifrar ya no había lugar para ella al final del informe del pensamiento. Por ese motivo, encontrarán que apenas puede leerse, y los signos que se ven al final del pensamiento es lo que capté de esa firma en un primer momento. La adjunto ahora, ya debidamente descifrada. Podrán encontrarla al pie de este informe, y va debidamente señalada con tres X antepuestas:
XXX: WINSTON FUMADO

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