jueves, 4 de febrero de 2010

AUTOPSIAS DE LA VISIÓN

- Bien, chicos, hay que levantar el cadáver y llevarlo inmediatamente al instituto de fotoceregrafía. Deben revelar el cerebro del muerto antes de que se le nublen las imágenes. Y mantened el secreto como hasta ahora, que si esa técnica llegase a ser del domino público, pronto encontraríamos a las víctimas sin cabeza.
- Vale, jefe.
- Y mañana quiero ver la fotografía del asesino en todos los periódicos. Supongo que entendéis lo que eso significa: que tan pronto tengamos los datos en nuestro poder, es decir, la película de lo sucedido grabada por el cerebro del asesinado, tendremos al culpable. Ocúpate tú de ello, Manuel.
- Si jefe ¿Y qué hago con las secuencias del vídeo?
- Pues como siempre, Manuel, que no te enteras: mantienes archivado el vídeo hasta que podamos capturar al asesino y presentemos más adelante la filmación, como prueba evidente.
- Claro, jefe, como siempre, si, pero me refería a todo lo demás, a lo que ya sabe que el fiscal hace luego con la recuperación de imágenes, que las colecciona cuando todo ha terminado. Dejo que se las quede?
- ¡Ese maldito fisgón! Siempre se está aprovechando de nuestro trabajo... seguro que se ha enriquecido con los conocimientos que nuestro laboratorio le ha ido proporcionando. De momento no podemos hacer otra cosa que entregarle un duplicado de todas las cintas, pero eso se acabará pronto, ya sabéis que los jueces están discutiendo sobre la conveniencia de si la película de un fallecido debe destruirse, entregarse a los herederos, o considerar las filmaciones como material reservado. Hasta que los jueces no decidan lo más conveniente, será mejor que se las entreguemos al fiscal, como hasta ahora.
- Vale, jefe, pero lo que es a mi, no me haría ninguna gracia que nadie, y mucho menos mi familia, pudiera contemplar al detalle lo que yo he llegado a ver y a vivir durante todos los instantes de mi vida, creo que eso es algo completamente privado, como los pensamientos, y que todo ello debería desaparecer cuando la persona dejase de existir.
- Claro, Manuel, a mi tampoco me haría ninguna gracia, pero una autopsia es... una autopsia.-

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