jueves, 4 de febrero de 2010

¡MARCHANDO UN CORTADO Y EL RELATO DEL DÍA!

- Buenos días, póngame un cortado
- Si, señor, ¿le sirvo también un relato?
- ¿Un relato? ¡ah! eso es lo que la mayoría de clientes están leyendo con tanto interés, ¿verdad?
- Pues si, señor.
- Hay que ver, en esta cafetería siempre me sorprenden, ¿no tienen el “Marca”?
- Es que lo está leyendo aquel señor de allí, el del fondo, ¿le pongo el relato, o espera a que ese señor termine?
- Bueno, pues no sé, ¿De qué va el relato?
- No tengo ni idea, señor, acabo de empezar mi turno y aún no he tenido tiempo de leerlo, pero parece que es divertido y que gusta mucho. El de ayer era sensacional, bueno, en realidad, todos los días quedamos sorprendidos al leerlos. Nuestra clientela ha aumentado desde que servimos relatos.
- Pues no lo sabía.
- Es que no hace mucho que los estamos sirviendo.
- ¿Y cuánto valen?
- Poco, señor, 50 Ptas.
- ¡Hombre, no es mucho dinero, y si son buenos...!
- Hay para todos los gustos. Claro que no se puede escoger, solamente servimos el del día, pero cada día es diferente. Y los clientes toman su café o su bocadillo y se distraen leyendo mientras desayunan o toman un aperitivo. Y la verdad, señor, es que, cuando el relato es triste, todos los clientes salen tristes, pero siempre vuelven al día siguiente porque les gustan esos relatos, y además, la mayoría de las veces, los relatos son divertidísimos.
- Bueno, pues sírvame el relato del día y un cortado ¡y no me ponga la leche muy caliente!.-

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