-Aquí Huston, aquí Huston. Nada, no hay comunicación. Hemos perdido otra de las naves enviadas a Marte, mi General.
En esos mismos instantes, en Marte, y a pocos pasos de la nave al parecer perdida, se oye una pequeña algarabía y una voz que se impone a las demás:
- Estimadas todas. Ya hemos desembarcado y estamos aquí reunidas para estudiar la estrategia más conveniente para dominar este Planeta. Sabéis que la misión de esta nave es la de encontrar agua en Marte, pero también sabéis que si alguien es capaz de encontrarla, ese alguien somos nosotras. La primera fase la he completado yo misma y ha sido la de anular la antena de transmisión de señales a la Tierra. De ese modo, este Planeta será enteramente para nosotras. Desconocemos todo de estos parajes, así que creo conveniente que nos dispersemos para explorar; sin embargo, antes debo haceros una recomendación y una advertencia: nada de chillidos histéricos que puedan delatarnos, ya que no sabemos lo que nos podemos encontrar, ¿estáis todas de acuerdo?
- ¡Siiiiii!
- ¡Barbarita! ¡A ti se te ha oído hasta en Júpiter! ¿No hemos quedado en que nada de chillidos?
- Perdona, Jefa, ha sido la excitación.
- Bueno, pues a ver si pones más cuidado.
- Vale, Jefa, lo pondré.
- Pues, hala, a ver que encontramos por ahí. Y espabilaros, que esto se ve muy desértico, y si no encontramos algo para comer nos vamos a morir de hambre...
Y las ratas, muy contentas, iniciaron su misión, la de colonizar Marte por su cuenta.
martes, 2 de febrero de 2010
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