sábado, 6 de septiembre de 2008

'Que insensatez tan enorme!

¡QUE GRAN INSENSATEZ!




Yo acababa de llegar a la habitación del hotel. Lo primero que hice fue abrir el grifo y dejar correr el agua. Me incliné ante el lavabo, poniendo mis manos debajo del grifo para lavármelas y... ¡otras manos salieron por el desagüe, agarrando fuertemente las mías! ¡Esas manos tiraban con fuerza de mi, intentando introducirme dentro de la cañería! No podía desasirme, y entonces, serenamente, me agaché aún más y dije, dirigiendo con gran calma mi voz hacia el desagüe: oiga, así no vamos a ningún sitio ¿no se da cuenta de que es imposible que yo quepa por este agujero? Y añadí: vamos, deje de tirar o nos pasaremos el día entero en esta postura tan tonta. Las manos que sujetaban las mías me soltaron inmediatamente y vi cómo se levantaban, con las palmas abiertas, en una postura que inequívocamente pedían disculpas.
Vale, dije yo, así está mejor.
Me lavé por fin las manos y salí del baño. Menuda tontería lo que había sucedido, pensé. ¡Mira que querer hacerme pasar entero por un desagüe tan pequeño...!

Rafael Muñoz

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